desde pequeñito me gustaba el limón, cuando lo mordía con los dientes aun de niño, su picor ácido me hacía cerrar los ojos y chillar calladamente, una chispa más mayor , al salir del colegio en esas tardes de la transición siempre secas, siemprenaranjas, robábamos limones en los bancales intermedios y devorabamos la corteza mullida con tal avidez como si envolviese una droga prohibidísima de la que apenas eramos capaces de digerir unas gotas, en mi juventudjuvenil siempre fue el limón una cosa fresca y alegre, que nos despabilaba, nos hacía modernos y enrrollaos, subía el valor de las conversaciones y el de las copas, y servía de purificador de alientos... Cosa muy importante por cierto en esos tiempos de pipas y otras basuras.Mi madre se frotaba sus manos con limón después de cocinar y su perfume invadía durante horas toda la cocina...pero el punto más total lo descubrí el día que me encontré de golpe con su imagen en carne, en pecaminosa carne... mira que me gusta el limón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario