entre las opciones en la cueva la mano y su sombra era lo que más fascinaba a sí mismo al prehistórico, ese apéndice liberado capaz de crear signos, monstruos y relatos, por eso era sagrada como la mano de dios
de mi mano surge ahora el esfuerzo originario que araña las paredes de mi cueva...en el techo de mi habitación dibujo desde lejos con los dedos pinturas imaginarias que me cuento a mí mismo para dormir...
señalar para dormir.
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