en esta primavera las humedades del mar vienen bajas casi arrrastrandose por los montes y me han repletado los ojos de los brillos antiguos de la infancia. si me paro e intento escuchar en este inmenso paraje de mi paisaje y de mi vida lo que oigo es tan confuso como imaginado...pedradas, saltos... restregados entre matas... allá a lo lejos personas raras corretean entre los arboles casi desnudos... aquí hay indios!
somos nuestros propios reflejos de los sueños de infancia, sardinillas enclenques, jugueteando con el paisaje y con lo primitivo de la vida...
pintada mi cara con colores de guerra, me apresuro a recoger ramas secas... se acerca la hora de la fogata.
1 comentario:
Caray, esto me ha encantado!. Me lleva al mismo sitio, cuándo en la infancia nos decía eso mismo mi madre, al preguntar sobre lo que veíamos lejos, sobre el monte, hacia la zona del Valle; y sí, así nos decía y así disfrutábamos intentando verlos bien alguna vez. Los indios, sí, alli estaban. Saludos y muchas gracias ; qué recuerdos leer ésto.
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