la pincha

bajo delicados matices de tonos cambiantes, ocultas violetas delicadísimos...subtropicales y secos colores claros se me esconde traicionera una aguja cristalina de veranísimo veneno

la belleza, que es sublime suele venir mal envasada y si no se presta absoluta atención a ello pues posiblemente acaba por doler...

entre los tiempos robados, que la agenda no nos da tregua para parar y eso que no hacemos nada... entre eso y y el despiste del calor que come, quema, pues lo normal es al despiste acabar pinchándose con la afilada y enana aguja del cardo.

menos prisas...el agudo escozor que lleva un paquete de ira y aturdimiento se pasa en breve...

pero jode

organícese bien caballero que le acabarán robando el tiempo con cardos repletos de pinchas

la confianza

presagio confuso de lo que acontecerá es en realidad pala  que abre el camino,rastrillo que despeja...herramienta que libera.

la confianza, es un objeto plumoso y simple de diseño tonto e injustificado pero que tiene el poder de la rotundidad como un pokemon; posee la combinación de augurio y mecanica positiva tal que en cualquier contexto donde se aplica acaba por destascar, desleir, discurrir todos lo complejos entramados del miedo.

la confianza es visado general para moverse por los mundos de las fronteras sentimentales, y no deja marcas, se ciñe a los cuerpos y alas sonrisas pero no aprieta...

con confianza , con suma confianza se deshace el iceberg maligno de la torpeza, se diluye el trombo graso y triste de la comodidad...

no hay porque desconfiar...si la locura ha decidido ya por tí...

que decía auserón.

la dulzura

dulzura, del turco dulürr as suhira...traducido algo así como ay! que ricoo...sensación oculta en el interior de los alimentos, cosas, o personas, que premia la espera, dignifica el trabajo, otorga categoría y además prepara el estómago para la buena vida...

antídoto recomendado de la amargura, veneno lento y definitivo, se viene usando desde antiquísimo para pasar los días, tardes y las noches...se propagaron semillas de frutas dulcísimas desde la prehistoria y menos de las amargonas, por algo será, tal que ahora sus perfumados árboles con sus grandiosos verdes y íntimos paisajes invitan a retozar entre las hierbas mirando al cielo ...

pruebe usted a tumbarse bien acompañado bajo un ciruelo, descanse su cabeza en la tierra y note el poder del planeta como le corre por la espalda mientras juega con su vista viendo los redondeles verdiamarillos...perlas densas de la vida que cuelgan ante su boca...

y dele un muerdo

la comunidad

invento natural...intercambiador supremo...la comunidad es el juego complejo y desordenado de todos los protagonistas en un mismo escenario...en los mundillos vegetales las asociaciones  de arboletes y matojos de diverso pelaje es siempre beneficiosa, competitiva y exasperante pero buena, en sistemas secuenciados unas plantillas dejan paso a otras, unas se dan sombra, otras esperan al frío, unas callan y otras chillan en colores, llevan millones de años llevándose más o menos bien.

otras comunidades menos avenidas, como las personales y demás, carecen de juegos lubricados para respetarse la sombra unos a otros y acaban tostándose todos al sol del aburrimiento,entre las raices compiten a lo bruto buscando la supervivencia y acaban destruyendose unas a otras...

a más de uno le vendría bien sentarse a ver crecer la hierba, que se aprende mucho de eso de esperar y dejar los demás correr...

verde!

el carbón

lo poco es menos...pero es más... con casi nada, dos troncos, dos chapas y dos papeles se trenzan más recuerdos que con ingenierías complejas.

los elementos tienen un intraenvase de dimensiones díficiles de entender desde la lógica y en apariencias vanas y pocos centímetros esconde esencias de la autenticidad.

cuando cae la luz de la verdad, y se encienden las lámparas del relato, las antorchas del cuento inacabable, todos los materiales se tornan ambarinos y densos y recuperan ese fluido vital, el de los sueños para regalarnos de nuevo la vivencia embebida, enaltecida y difusa de nocturnidad.

a la mañana se tornan grises y azules como rescoldos de ceniza apagada

carbones para otras noches...tiznados troncos igualados sin más pistas de por dónde iban los tiros apenas hace unas horas...

lo sereno apacigua las almas que aún andan mareadas