los elementos tienen un intraenvase de dimensiones díficiles de entender desde la lógica y en apariencias vanas y pocos centímetros esconde esencias de la autenticidad.
cuando cae la luz de la verdad, y se encienden las lámparas del relato, las antorchas del cuento inacabable, todos los materiales se tornan ambarinos y densos y recuperan ese fluido vital, el de los sueños para regalarnos de nuevo la vivencia embebida, enaltecida y difusa de nocturnidad.
a la mañana se tornan grises y azules como rescoldos de ceniza apagada
carbones para otras noches...tiznados troncos igualados sin más pistas de por dónde iban los tiros apenas hace unas horas...
lo sereno apacigua las almas que aún andan mareadas
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