chapoteando chapoteando aunque sea con las manos...desde hace tres o cuatromil años, los soñadores se escapaban hacia ese saliente de tierra en medio del mar, tal que se les dejara dormisquear un poco, confundir lo de cada día con sus deseos, olvidar el tizne, de la orilla pobre, el olor a mineral , el frío rancio de estas tardes de otoño desértico...en el pedrusco conquistado por hierbajos, matorrales y lagartos uno podía enterrarse en la arena y dejarse llevar al mismísimo centro del planeta...calentito
tenemos una isla , trazada en el mapa más secreto de todos, en tinta invisible que solo se ve cuando las lágrimas, de lo que sean , te nublan la visión...
solo iremos una vez, la definitiva, a disfrutar desde allí la verdadera visión de la vida
busque usted caballero en esa costa silenciosa de noviembre, de aguas calmadísimas y entre las sorpresas se encontrará un refugio...antiguo y definitivo.
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