no queda combustible, el motor se para...echamos día a día broza mala a esta caldera de emociones que se recuece cada vez más lenta con rescoldos perdidos... cuando yo era chico, mi madre decía eso de "mear la lumbre", que era lo que los gitanos hacían para joder al que intentara volver a encenderla...
nuestra vida está meada...si arrancáramos las páginas medio vacías de todas nuestras agendas consumidas y las inflamásemos con gas de la risa, quizá una última soflama de orgullo empinase una llamarada hacia las estrellas y el vapor caliente de sus combustiones removería la estructura oxidada del pensamiento... ésta rutinaria máquina a vapor ha tocado fondo,no creo ni confío en que ningún solete de primavera caliente la máquina
llaman por teléfono... es del desguace
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