el devenir de las horas acomete nudos y nudos separados entre sí por espacios igualados...
nuestra seguridad, nuestro reconocer, nuestra vida misma depende de ese hilo.
los días en que no encontramos el hilo, creemos haberlo perdido todo... ese día despistado en el que se olvida lo vivido y el presente te mira desconocido y silencioso, sin rumores lejanos, ese día es el del mismo final del mundo...
nuestros ojos escudriñan los contornos de las cosas para buscar lo reconocible, lo familiar... y poder decir, ah me quedé por aquí...
de cada uno de nosotros sale hacia los demás un hilo de color, de un único color, la red inmensa confecciona un tupido tejido que abriga la humanidad, ... no ocurre nada si existe un descosido, la urdimbre no sufre, pero el silencio cunde entre dos mangas... para siempre
moda de otoño, tan campestre ella
No hay comentarios:
Publicar un comentario