miércoles, enero 20, 2010

la cuerda

sobre un universo indefinido y cambiante  de oscuro y trenzado aspecto se tiende una larguísima cuerda decaída...a más de 43 metros del suelo...uno más cada año hacia el cielo invisible
desde que comenzó a alzarse, el viento de los susurros de la envidia, la ha movido sin descanso...el calor de los malos ratos la ha resecado...el frío de la desazón de los que nos olvidaron y a los que olvidamos la ha hecho resbaladiza....
la certeza de la nada la tensa... la risa de la noche la suelta.
la cuerda cimbrea todas las mañanas con una sonora sacudida y chasquea a la tarde... nadie sabe por qué...
he ahí que esa cuerda de la que no veo el final me obliga a funambular con las ideas, con los sueños los proyectos ahora ya inalcanzables...el peso de la sabiduría se hace roca... la visión del tremendo falsete del recorrido nubla los sentidos...pero estoy obligado a guardar el equilibrio, paso a paso serenamente...una vara larguísima de castaño tibio me ayuda penduleando de allá para acá.
desde abajo cada vez más alejadoel suelo, suben aromas rancios, tufos de los cadáveres que dejamos, restos de conversaciones que se pudrieron...allá abajo de esa cuerda está nuestro infierno particular...nuestra basura, toda, toda, toda nuestra basura.
si el olor marea, habrá que aguantarse, pues no hay pasos en falso en esta ya peligrosa cuerda.
otros dependen de mi certeza, otros más débiles, otros que observan
expectantes sonrién....
uy!!!! que se cae...

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