cuando los destartalados interiores tiemblan de vértigo, sueño, duda o emoción contenida, cuando se degranan o expanden con riesgo de desintegrarse en partículas irreconciliables por pánico, miedo o clarividencia, los hombres sacan instintivamente los abrazos desde su arsenal de juego matérico...
brazos que recogen evitando que se fluctue en exceso lo incontenible, apretando con el calor de la continuidad, de la vida, de lo permanente los corazones de los otros...
en un solo día, a veces pleno de muchas noches se agolpan tantas secuencias de intensísima y pasional vivencia que nuestras entendederas se arrastran exhaustas hacia la nausea..
no tema, hay abrazos para todos...
los hay secos, densos, alegres, de amor, de juego , de pena, de dulzura, de nostalgia, de soledad, de puro miedo, de colores, grises... a su gusto...
he tenido de todos en una única semana...de todos y alguno más.
hoy me despedía de parte de mi sangre, abrazando el cuerpo menudo de mi anciana tía.. derrumbada ante la tragedia
en la plataforma fría y marmórea de una iglesia mi alma ha traspasado la suya equilibrando sin miedo la angustia... cristales líquidos han sellado el pacto, de amor, de comunión , de unión...
la muerte no podrá con nosotros, caballero.
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