
ni siquiera la oscuridad es la oscuridad, millones de pequeñas chispas y reflejos mantienen incandescentes las frías nubes, que azulean nerviosas, para dejarnos ver ese incipiente amanecer y que se restrieguen las copas de los arboles...negros para grises... sobre su redondeada cara.. es lo que tiene la noche, bellezas extrañas.
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