frío, del latín frígidum, o algo así, desganado, insensible, ensimismado...el vacío absoluto, el pérfido abandono de lo cercano .fresco, caradura, helado, intruso imprevisto, pie incómodo de otoño
producto tozudo que constituye uno de los ingredientes base de la ñoñería... disfraz de la personalidad, estructurada en el recogimiento, la desaparición de escotes y la multicapa...
entre despistes suele ser el susto más gordo para el cuerpo y las entendederas.. y se desliza imparable por los huesos y la piel empujado de golpe por la soledad... nuestros ojos perciben este cercano desazón con lagrimeos parciales y aunque suele anticiparse con aromas agradables de leña quemada y alimentos tostados acaba removiendo su pestazo a fritanga rancia y a escarcha infinita... nadie lo aguanta, me consta , aunque se alardee de lo contrario, pues enturbia la visión del tiempo, de los sueños, de los juegos y de las esperanzas...
si a veces ya de aburrimiento acaba por ser aceptado barniza nuestra conversaciones con risas flojas e impulsos entrecortados...las conversaciones profundas precisan de calor, de mucho calor, y el cielo celúreo, inofensivo y desnudo sólo nos deja opción a recordar... a sobrevivir a los recuerdos, digo.
échale leña, nene, que esto acaba de empezar...

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