jueves, noviembre 20, 2008

el techo

que no es poco... protector de las ideas y guardián de los sueños, el techo que no es la casa, porque es algo más alto, es el plano máximo e impenetrable que protege nuestra cabeza de la mirada de los dioses juguetones...el techo impide la lluvia, el frío y el sol excesivo... impide los insultos, los desagravios y morirse de frío en las noches cálidas...la clave es que ese techo sea el suyo propio claro, los techos prestados, realquilados, subrogados o matrimoniados son escabrosamente inestables, de composición arenosa, mala resistencia  a las tensiones de la vida y peor comportamiento ante los huracanes...suelen andar bien decorados pero en el momento menos esperado se te vienen encima
el escombro es jodido cuando lleva tu propia vida entremezclada, y seguro seguro que la polvareda tóxica que levantan estos derrumbes de las circunstancias son del color rosado de las promesas, del olor dulzón de las borracheras de mistela y de forma , apretada y sinuosa como los labios de mujer
en la prehistoria los techos curvos y casuales de las cavernas, eran la escena perfecta para esconder los miedos al ladico de las pasiones y devolvían los ecos de los susurros y gemidos en las noches de fábula...los techos modernos de nuestra cuadriculada existencia, planificada, planeada, planimetrica son pues eso, planos... planos vacíos sin ilustrar, de color inexpresivo desde donde cuelgan impasibles lámparas, colgajos de diseño cauto...
estos planos no esconden el aburrimiento y reverberan nuestras miserias cuando nos hablan mal o peor...
cuidado con el techo que elige, miles andan buscando uno que sea más generoso con ellos, como las estrellas.

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