la mañana de los veranos nuevos viene cargadica de razones para guerrear, cómoda, densa, perfumada, se presenta sin prisa.
la mañanica ésta sabe de sobra que las noches tardías de los avatares, de los sueños cargados y las cenas pesadas han agotado la paciencia del descanso y por eso, por hastío el cuerpo anda fundido al amanecer... y ahí se presnta la mañana como si nada , perdonando como nadie, con su perfume a alábega... redimiendo como en las horas de los condenados, para proponernos un trueque... tu risa por un café.
dichosa mañanica de pies calientes y ojos húmedos, de manos secas y espalda tiesa... con los vencejos enloquecidos cruzándome la cara, el dorado se refleja en los cristales de las gafas de más de uno que me mira...
un caféee...
No hay comentarios:
Publicar un comentario