desde el suelecico, arrastrándose, los caracoles, babosos y resignados estiran sus minúsculos ojos para interpretar que son esas cosas volanteras que se menean al aire...
si en los arboles maduran esos frutos en nuestros tejados maduran las ideas , fruto de semanas y semanas de hablar a la pared, rescatar miedos para aderezarlos con vinagre, decidir sobre lo bello , lo bueno y ya puestos lo verdadero... me enorgullezco de ser hortelano a tiempo parcial y haber contribuido a tales frutos, regando con dedicación y paciencia estas varas tiesas en las que pocos confían...porque tienen una pinta que no es de fiar...cosas de la cosecha
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