paladeando

paladeando cada porción enana de la realidad inmediata, cada segundo de existencia, o cada porción de esencia soñada es como se configura el buen gusto... no se hereda, ni se aprende en academias, no se compra o se cambia por nada... se cultiva. no se me equivoquen, no hablo del buen gusto para elegir los adornos de navidad que cuelgan desde nuestra nariz sino del gusto a la vida... a la mismísima buena vida, la que no precisa de lujos ni aperos, que se rellena con la brisa mañanera, y se cristaliza al sol agradecido... la buena vida y el buen gusto que configuran a las buenas almas se aprenden paladeando calladitos lo que gratis nos ofrece cada día desde el mosquito más cabrón a ala gacela más dulce...

cierren ustedes los ojos, sonrían...confíen y dejénse llevar, que viene la ola que nos redimirá...